Y ya van cuatro

Los viernes se están convirtiendo en uno de mis días favoritos de la semana, cuando se va acercando la hora de coger el coche e irme a clase empieza el miedo por dentro, pero ya se mezcla con un poco de confianza y seguridad.

La clase de hoy ha ido muy bien, he conseguido entrar en clase y dejar de lado los problemas y mantener por hora y media mi cabeza centrada en los ejercicios y las indicaciones del profe.
Hoy he descubierto otra parte importante, la de conectar con uno mismo y dejar que el cuerpo empiece a hablar, dejarse llevar.

Cerramos los ojos y empezamos a mover partes de nuestro cuerpo y eso, dejarnos llevar sin pensar en lo que hacíamos, el conectar. Y después hemos aprendido a como meterse en la piel del personaje, a través de los gestos, llegando a pensar como podría actuar ese personaje en su vida diaria, y adquirir su forma de moverse, gesticular, hablar...

Confieso que no me siento del todo cómodo, la vergüenza sigue en mi, pero no me freno, se que puedo dar mucho más de mí, pero cuesta soltarse, y espero poder conseguirlo cada día un poco más.

Reflexión marciana: Hacer lo que el cuerpo le pide a uno, dejarse llevar, ser libre, volar... raras veces nos permitimos esas sensaciones, el conectar con tu yo, y aprender de el sin que tu entorno te influya. 

Con el tiempo aprendes que tu eres tu mejor amigo y enemigo, y para enfrentarte a muchas cosas necesitas conocerte bien, aceptarte, quererte y sacarlo fuera.

Nadie te va a querer igual que tu, coge el camino y aprende a respetarte y quererte, cualquier paso por pequeño que sea puede ser el principio del cambio.

No hay comentarios:

Publicar un comentario